martes, 11 de septiembre de 2007

Improving their magic touch

Todos los artistas comentan siempre la dificultad que les acarrea enfrentarse al segundo disco, sobre todo si el primero ha significado cierto éxito de ventas y reconocimiento por parte de la crítica.
En 2004 Up all night supuso el debut oficial de la banda de Johnny Borrel, que había coincidido en la escena underground de Camden con Pete Doherty y Carl Barat. Un buen disco que les permitía girar de teloneros de Oasis y alcanzar grandes audiencias. La actitud de rock star de Borrel no arruinó el talento de la banda, y el año pasado publicaron su segundo larga duración, Razorlight.
Si bien el primero no destacaba dentro de la escena británica —a excepción de la genial Golden Touch—, este segundo album ha convertido a la banda en una de las más poderosas de las Islas. Un disco mucho mejor que los segundos trabajos de Franz Ferdinand, Bloc Party o The Killers, y en mi opinión, a la misma altura que nuestra pesadilla favorita.
Diez singles de pop excelentes, con grandes melodías y un trabajo de guitarras sublime. Parece que Borrel se ha dado cuenta que hace mejor pop que muchos de sus contemporáneos y se ha olvidado del toque macarra —un poco chabacano, por cierto— de su primer disco.

Razorlight suenan así de bien: America