lunes, 30 de julio de 2007

Le Tissier

Una de las grandes novedades que introdujo la década de los noventa fueron las televisiones privadas. Entre todas ellas, Canal + tenía ciertos programas interesantes, como el famoso "El Día Después", que analizaba la jornada de liga e incluía imágenes de ligas extranjeras, lo que fue un auténtico regalo para los amantes del fútbol.
Gracias a ese programa conocimos a un jugador inglés que jugaba en el Southampton F.C. Nacido en la isla de Guernsey, situada entre Francia y Gran Bretaña en el Canal de la Mancha, decidió servir siempre a los colores de los Saints. Al contrario que muchos de sus contemporáneos, nunca aceptó irse a otro equipo. Prefirió salvar año tras año a sus conciudadanos de un descenso que parecía acechar cada temporada.

A lo largo de su carrera sólo falló un penalti (49/50). Pero es que este super clase metió goles de escándalo que sirvieron para considerarle uno de los mejores jugadores ingleses de todos los tiempos. Un hombre sencillo, afable y con un talento descomunal que siempre renegó de la mercadotecnia que rodea al fútbol. Pudo ser millonario y ganar muchos títulos, pero siempre prefirió jugar con sus amigos de toda la vida.
En The Dell, aún se canta eso de "he is god, Le god".

Os dejo con sus diez mejores goles. Atención al segundo y al penúltimo. Para no olvidar.

3 Comments:

Blogger La Miss said...

magnifico jugador y como bien dices parece sacado de otra epoca. Un jugador del que poco se habla, pero no me quedan dudas que fue uno de los grandes.

11:43 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Un grande,sí,pero es que en un contexto exclusivamente británico es fácil destacar...son muy malos!!!el nivel futbolístico de las islas subió a partir de la invasión de futbolistas extranjeros.

8:40 p. m.  
Blogger danityla said...

No sé. No creo que su calidad sobresaliese porque el resto fuesen muy malos. Hay que tener en cuenta que, a pesar de que el nivel de la Premier ha subido mucho en los últimos años, el jugador inglés medio de aquella época no era malo en absoluto. La presión, el ritmo y kla velocidad que imprimían al juego era aun mayor que la que vemos hoy.

12:54 p. m.  

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