lunes, 21 de mayo de 2007

The best music of our lives: «The Complete Songbooks», by Ella Fitzgerald

“If you want to learn how to sing, listen to Ella Fitzgerald.” (Vincente Minnelli)
Entre 1956 y 1964 Ella grabó uno de los documentos más importantes de la música popular norteamericana. Su voz de niña, perfecta en lo técnico y en el swing, despachó los libretos de los más importantes compositores estadounidenses de la primera mitad del siglo XX.

“Whatever she does to my songs, she always makes them sound better.” (Richard Rodgers)
Cole Porter, Rodgers & Hart, Duke Ellington, Irving Berlin, los hermanos Gershwin, Harold Arlen, Jerome Kern y Johnny Mercer, interpretados por todos los músicos, intrumentistas o vocalistas, del jazz y el swing, nunca habían recibido un homenaje de tal calibre. Igualándose a las interpretaciones de genios como Louis Armstrong, John Coltrane, Oscar Peterson o Thelonious Monk, por citar a unos pocos, Ella cantaba cada canción con una clase absoluta. Acompañada por una orquesta de cuerda o por pequeñas formaciones de jazz, la pureza y espectacular claridad vocal de Ella se adapta a la perfección a la comprensión técnica y al carácter comunicador de estas melodías. Unicamente Frank Sinatra y Billie Holiday nos han transmitido mejor el aspecto emocional de estas canciones.

“Some kids in Italy call me Mama Jazz; I thought that was so cute. As long as they don't call me Grandma Jazz.”
La gran dama del jazz representa la más alta cumbre en la técnica vocal de este tipo de música, además de ser una dominadora del scat, que sirvió como modo de introducción del bebop en la música vocal.

“I stole everything I ever heard, but mostly I stole from the horns”.
El mayor currículum de la historia del jazz, la cantante más versátil y más solicitada de su tiempo. Un genio a la altura de los más grandes.
De ella, el gran Duke Ellington dijo una vez: “¿Ella?..., Ella Fitzgerald está más allá de cualquier categoría”.

The Complete Songbooks.
Official Site.

Aquí tenemos a Ella en directo con el increible Duke Ellington y su banda en una serie de conciertos históricos que realizaron juntos en el Côte d'Azur en julio de 1966. High class times!



3 Comments:

Blogger [rbk] said...

Y punto.
Cuando se trata de fuera de series, nada hay que añadir.

7:51 p. m.  
Blogger danityla said...

Jejeje. La verdad es que esa señora era buena. ¿Te imaginas que posibilidades tendría ahora una artista de color que estuviese gorda como ella y que no enseñase nada de carne? Ninguna sin duda. Es una pena, la dictadura de la imagen y el culto a la juventud está afectando a más campos de los que se cree y eso limita la calidad y coarta la libertad de los creadores y de la cultura...

10:38 a. m.  
Blogger [rbk] said...

Pues tristemente creo que tienes razón. En ciertos círculos quizá alcanzara el éxito, pero nunca masivamente. Di que también creo una cosa, la mayoría de los éxitos masivos son tan superficiales que se quedan en mera anécdota, porque ese no es un público fiel, es un público de singles. Por otro lado en círculos más pequeños, pero más especializados, la perdurabilidad es mucho más frecuente porque el público es fiel a la calidad. En Ella Fitzgerald yo no veo ni su gordura ni su edad, veo una reina de la música y la veo divina. :P

12:41 p. m.  

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